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architexts ISSN 1809-6298


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português
Neste artigo, Guillermo Jajamovich traz a análise de uma série de vínculos entre a cidade de Rosário, na Argentina e o debate internacional em torno das formas de pensar e intervir na cidade a partir do Parque Espanha

english
In this article, Guillermo Jajamovich analyzes some links between Rosário city, in Argentina, and the internacional debate about thinking and intervening in the city based on the experience of the Spanish Park

español
En este artículo, Guillermo Jajamovich hace un análisis de una serie de vínculos entre la ciudad de Rosario, en Argentina y el debate internacional al rededor de las formas de pensar e intervenir en la ciudad desde el parque España


how to quote

JAJAMOVICH, Guillermo. Rosario y sus vínculos con el debate internacional: un análisis del Parque España (1979-19. Arquitextos, São Paulo, año 10, n. 115.06, Vitruvius, dic. 2009 <https://vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/10.115/7/es>.

Introducción

En los últimos años la ciudad de Rosario ocupa un lugar destacado en lo que a actuaciones urbanísticas y arquitectónicas refiere, muchas veces como contraposición a Buenos Aires (1). Diversos autores dan cuenta de la creciente importancia de aquella ciudad señalando factores como la continuidad en las gestiones urbanas, el rol de las gestiones socialistas y la producción arquitectónica reciente de algunas figuras destacadas, entre otros aspectos. Distintos “jalones” se enumeran en el camino de la recuperación pública de la relación entre la ciudad y el río. El gesto del primer intendente electo tras la vuelta a la democracia, Horacio Usandizaga, al solicitar al Centro de Arquitectos de Rosario candidatos para ocupar la Secretaría de Planeamiento, la creación de la Oficina del Plan Director, el Plan Estratégico y los cambios de planes en la Facultad de Arquitectura que incorporan la lógica morfo-tipológica, son señalados como parte de una peculiar articulación entre políticos, técnicos y académicos en relación con la temática urbana. Gran parte de los momentos destacados del cambio en torno a los modos de intervenir en la ciudad ocurren en democracia. Así, se señala la complementariedad entre los cambios en lo político y lo urbano. No es posible ignorar el empuje que representa para el desarrollo de ciertas ideas urbanas cambios de tal naturaleza; sin embargo, la gestión urbana, la arquitectura y la propia ciudad se desarrollan en una temporalidad que si bien se vincula a episodios políticos, tiene su propia dinámica. En ese sentido, advirtiendo algunos momentos previos al restablecimiento de la democracia, pueden señalarse distintos episodios de relevancia que van señalando un cambio que luego, en democracia, ocupará un lugar más hegemónico (2). Episodios que se vinculan con el contexto internacional de distintos modos: tanto a partir de la presencia de arquitectos extranjeros en la ciudad, como en el caso de Oriol Bohigas y su anteproyecto junto a Josep Martorell y David Mac kay para Parque España, como a través de viajes de “locales” a centros de difusión de ideas sobre temáticas urbanas, que al retornar a Rosario las despliegan de diversas formas. A su vez, algunas otras iniciativas permiten visualizar elementos del debate internacional reprocesados en torno a problemas y tradiciones ´locales´ (3).

 

Perspectivas de sectores del Parque España y mirador que ata la pieza a la cuadrícula
[fonte: Revista bio, marzo 1988, Rosario]

 

Planes y proyectos para la costa

Dentro de estos episodios nos interesa aproximarnos al Parque España el cual será, una vez construido, un disparador de intervenciones sobre la costa del río Paraná generando un cambio en la imagen de la ciudad en un sentido público (4). Esto no significa que la preocupación por los vínculos entre la ciudad y el río, y por la falta de espacio verde comience con el anteproyecto del Parque España. Tampoco implica que la zona donde se despliega el anteproyecto nunca antes haya sido pensada como espacio a intervenir. Esta preocupación y los proyectos para esa zona son una temática recurrente de la cultura urbana de Rosario señalada por arquitectos y urbanistas tanto rosarinos como extranjeros tales como Bouvard y Hegemann, en su visita a Rosario en 1931. Ya en 1873, se desarrolla un primer intento de apertura del paseo Ribereño: la ley nacional 11623 postulaba el saneamiento de los terrenos adyacentes a la avenida Belgrano y la realización de obras de embellecimiento edilicio aprovechando las barrancas naturales del Río Paraná. En el siglo XX serán otros los modos de entender las intervenciones. Así, existen múltiples propuestas de intervención sobre la costa a partir de un reordenamiento del transporte ferroviario y de la actividad portuaria. Entre 1925 y 1940 una catarata de proyectos tiene a la costa como tema y lugar “en la medida en que la costa como espacio de representación, la provisión de espacios abiertos y públicos y el tratamiento del verde urbano ocupan un lugar preferencial en las ideas técnicas y culturales sobre la ciudad que se discuten en el ámbito nacional e internacional” (5). La centralidad temática de la costanera está ligada “a la puja entre dos proyectos de desarrollo de la ciudad: la extensión al oeste y la consolidación en torno al casco central simultánea a la revitalización de los barrios costeros” (6). Una línea que recorre gran parte de las propuestas de intervención señala que la ciudad le da la espalda al río, insertando esa problemática en un espacio mayor. De este modo, la clave para la recuperación está dada por un nuevo plan ferroviario a partir del cual podrán obtenerse mayor superficie de espacio verde y una vista adecuada al río. Así se entiende la cuestión en los trabajos ligados al Plan Regulador de 1935 (7). Algunos proyectos y declaraciones, previos al Plan Regulador de 1935, en torno a la costa suponían un desplazamiento de las actividades manufactureras y ferroportuarias ubicadas en ese lugar a los fines de incorporar a la actividad del mercado inmobiliario un sector del área central, edilicia y funcionalmente degradado. Dos termas proyectuales son característicos de estos proyectos: “el aprovechamiento paisajístico de la barranca y la formación de parques en la costa alta” y “la construcción de una avenida en la costa baja” (8).

Lo que ira modificándose posteriormente es el modo y la coyuntura en que se piensan las intervenciones. Allí radica una de las particularidades del anteproyecto del Parque España. La posibilidad de intervenir mediante proyectos de arquitectura en un contexto internacional donde el “urbanismo moderno” y sus instrumentos de intervención llevaban un buen tiempo ocupando el banquillo de los acusados, y en un contexto local donde la actividad ferroportuaria, antes pensada como causa de la dificultad de intervenir, se encontraba en franco retroceso.

Circulaciones de ideas urbanas

Las condiciones de difusión de una postura como la de Bohigas, alrededor del rol del espacio público y su crítica a la planificación modernista postulando la intervención mediante proyectos de arquitectura, no hallaban entonces un espacio “óptimo” en lo político e institucional para extenderse (9). Sin embargo, en la aparición de nuevas ideas sobre lo urbano y sobre los modos de intervenir en la ciudad desde la arquitectura, la actuación de Bohigas, junto a otros episodios, señalan vínculos con la discusión internacional. El debate en torno al rol de la arquitectura en la ciudad, que se desarrolló en Italia en las décadas del sesenta y setenta, sus vínculos con España y los reprocesamientos en Barcelona (10), son elementos que iban combinándose de diferentes modos en Rosario. En una zona de menor visibilidad respecto a las visitas de Bohigas y alrededor de 1975-6, Manuel Fernández De Luco e Isabel Martínez de San Vicente, quienes ocuparán luego un rol relevante en la expansión de nuevas formas de abordar lo urbano tanto en la gestión publica (11) como en espacios académicos (12), partían a Roma y luego a Venecia con becas de investigación entrando en contacto directo con el debate italiano, particularmente con la corriente de “análisis urbano” (13). Aquel movimiento centrado en el rol de la arquitectura en la ciudad fue desarrollándose en Rosario en diferentes espacios. Esto es más claro a partir de la vuelta a la democracia, sin embargo, rastros de esas posiciones pueden ser vistos previamente. El caso del anteproyecto del Parque España es elocuente en esa dirección y cobrará particular relevancia una vez construido, siendo “continuado” a través de proyectos impulsados desde la Secretaría de Planeamiento. En el mismo sentido, pueden señalarse otras experiencias como el desarrollo, en el año 1982, de una “Confrontación de ideas y debate sobre el destino urbanístico de los terrenos del Ex Molino Yerbatero Martin”. Allí, se despliega la preocupación en torno a la problemática de la arquitectura del espacio urbano, buscando “abandonar actitudes estériles basadas en la intención de transformar el conjunto urbano en su totalidad, para formular hipótesis de reproyección, diversas de las soluciones usuales, pero posibles de ser adoptadas, sobre conjuntos sectoriales que conforman la vida y la morfología urbanas” (14). Aquella convocatoria, organizada por el Centro de Arquitectos de Rosario, ámbito de particular relevancia en torno a la generación de debate en el contexto de dictadura militar, buscaba precisar criterios de intervención arquitectónica apoyándose en una afirmación del rol del arquitecto y la arquitectura en la conformación del hecho urbano, o “como afirmara Rossi, en el concepto de la ciudad misma entendida como una arquitectura” (15). Las alusiones a Rossi recorren el documento de la convocatoria y se afirma la aproximación a las instalaciones del Ex Molino utilizando la nomenclatura de aquel arquitecto italiano y su teoría de la estructura de los elementos urbanos.

La cuestión de la preservación en Rosario

Entre otras preocupaciones presentes en la cultura urbana Rosarina puede mencionarse aquella desarrollada en torno a la preservación del patrimonio. Esto reaparecerá en algunos elementos del anteproyecto del parque España, como ser el uso de los túneles ya existentes. Esto, no significa que se trate de un proyecto conservacionista. Si algunos elementos previos se mantienen, otros no. La preocupación frente a las demoliciones y la pérdida de patrimonio era un dato que ya en 1978 arquitectos como Horacio Quiroga (16), quien luego será el ganador del concurso para la realización del proyecto ejecutivo del parque España, Ernesto Yaquinto y otros, demostraban publicando artículos y denunciando las demoliciones de piezas arquitectónicas en Rosario. De hecho, en un artículo de 1985, Quiroga interpreta el proyecto de Parque España resaltando los elementos “conservacionistas”, sosteniendo que “la obra se presenta más que como una de construcción como otra de restauración, donde no solamente son prolijamente restaurados los edificios funcionalistas ingleses del ferrocarril, sino que amorosamente cuidados son también los elementos estructurales existentes” (17).

Concurso y participación de estudios rosarinos

La relación del estudio catalán con las líneas arquitectónicas desarrolladas en Rosario se producirá en el concurso de antecedentes para la consecución del anteproyecto. Bohigas participa, con Martorell y Ledesma del Centro de Arquitectos de Rosario, del jurado que designará a quienes desarrollen el anteproyecto. En el año 1980, el Estudio H y Quiroga & Asociados serán elegidos en un concurso regional de antecedentes para desarrollar, respectivamente, el proyecto de Paisaje y Vialidad y el edificio del parque España. El estudio H (18) era entonces una oficina de trayectoria en Rosario, contando con una amplia cantidad de obras y premios en distintos concursos. Más adelante en el tiempo, ya en democracia, muchos de sus integrantes serían sucesivos rectores de la Facultad de Arquitectura y Planeamiento. Con una larga experiencia por detrás, este estudio fue constituido entre 1967 y 1970, a partir del estudio del arquitecto Hernández Larguía, por los arquitectos De La Torre, Moliné, Santanera, Vidal, Torio y Utges. Un elemento que interesó a Bohigas de la trayectoria del grupo H fue su ampliación de la Asociación Médica, donde presentan nuevas intervenciones sobre edificios antiguos. Por su parte, Quiroga contaba con una amplia experiencia en construcción de escuelas en la provincia de Santa Fe, habiendo ganado previamente un concurso nacional para una institución cultural: la biblioteca Vigil. A su vez, se había desempeñado en docencia en Historia del arte y de la Arquitectura, y había trabajado junto a Hernández Larguía, uno de los protagonistas de la modernidad arquitectónica en Rosario. Asimismo, contaba con antecedentes en torno a la preservación del patrimonio al interior del Centro de Arquitectos de Rosario. Esta temática preocupaba también a Bohigas, aunque con algunos matices, como veremos en las conferencias que impartió en Rosario en 1979, donde sostenía que “la significación de los objetos a conservar no depende de su valor histórico permanente con carácter objetivo, sino que depende de aquella función que han tenido respecto a la ciudad. (…) Las raíces históricas de esta ciudad hay que encontrarlas en pequeñas cosas de mediados o finales del siglo pasado (…) en aquellas cosas que configuraban realidades urbanas consistentes” (19).

Del Plan Regulador al Plan Director

Dentro de lo urbanístico se estaban operando una serie de cambios en relación a la concepción postulada por el Plan Regulador de 1967. En 1980, la primera ordenanza municipal en torno al Parque España circunscribe la “aparición” del mismo dentro de una concepción que lo entiende principalmente como paliativo del déficit de espacio verde (20). En dicha ordenanza, se menciona el Plan del 67 cuya concepción es diferente a la que sostendrá la creación de la dirección del Plan Director y su oficina técnica en el año 1985, en la cual se desplegarán algunas de las nuevas ideas sobre los modos de intervenir en la ciudad (21). Si el Plan Regulador del 67 fijaba la expansión de Rosario mediante instrumentos para encauzar el desarrollo, con un código urbano que puntualizaba como población óptima a 2.3 millones de habitantes, perspectivas como la de la Oficina del Plan Director trabajan sobre otra lógica. Centrándose en la temática de la gestión de la ciudad, buscan poder anticiparse “en algo” a los problemas e intentar beneficiarse con los mismos. El propio De Luco (22) señala algunas diferencias entre la visión ideológica y cultural del Plan Regulador y la gestión contemporánea. En el Plan Regulador, sostiene, la visión está en relación con lo lejano y estático, cuantificable y finito, el progreso es entendido como constante unidireccional y la ciudad física como homogénea, sin discontinuidades, conflictos ni contradicciones, como variable disponible y neutra. En su base ideológica, el Estado concentra e impone roles protagónicos, es el resumen estructurado del poder y puede controlar los roles de los principales actores. La técnica de planificación allí expresada, extrapola procesos del presente al futuro. La otra perspectiva se vincula a la idea de ser selectivo, priorizar la acción constante y no direccionada mediante una colocación permanente en relación con procesos que varían. Así, plantea bases ideológicas y técnicas distintas. La idea de futuro es construida sobre el presente, buscando actuar sobre procesos en curso, seleccionando proyectos posibles en función de posibilidades reales, y presentando políticas que se precisan circunstancialmente en proyectos. Esto marca un “quiebre” con la cultura de la planificación modernista y se destaca el rol de la gestión urbana en estos procesos. La postura sostenida desde la Secretaría de Planeamiento plantea que la planificación a largo plazo no es conducente a una gestión urbana democrática efectiva (23), lo cual no significa, según Martínez de San Vicente, (24) el abandono de la figura del plan sino una “concepción renovadora” del mismo. A pesar de las diferencias en las concepciones en torno al Plan, la propuesta de la Oficina del Plan Director retoma algunos elementos ya señalados en el Plan Regulador, aunque cuestiona su instrumentación (25).

Proyecto y gestiones en torno al Parque España

El tiempo transcurrido entre el anteproyecto catalán (1979) y la finalización del Parque España (1993) es recorrido por diversas vicisitudes. Los vínculos entre las sucesivas gestiones de la Municipalidad y la Secretaría de Planeamiento con el proyecto del Parque España van cambiando a lo largo del tiempo. Si en sus comienzos era entendido como paliativo del déficit de espacios verdes (26), en democracia primará otra concepción más ligada a la temática del espacio público. Luego, con De Luco como Secretario de Planeamiento, la intervención del Parque España será continuada tanto hacia el Norte como hacia el Sur (27). Antes del retorno a la democracia, las gestiones en torno al parque sufrieron diversas dificultades, pero luego, los cambios institucionales y la reunión con el entonces Presidente de la Nación, Raúl Alfonsín, viabilizaron políticamente el proyecto. El mismo debía destrabarse institucionalmente ya que los terrenos donde se construiría eran de diversos organismos nacionales y provinciales (28). Una vez conseguido el “apoyo político”, reaparecen problemas de tipo económico: los contextos de crisis e inflación dificultan el desarrollo, de allí que los impulsores del mismo decidan recurrir a España tras la búsqueda de fondos (29). Numerosos viajes, conferencias y exposiciones fueron realizadas, entre otros, por Horacio Quiroga junto a Gerardo Illanes Hernández –Canciller del Consulado de España en Rosario- impulsando el proyecto en diversos ámbitos. Producto de ese trabajo, consiguen que España decida terminar la obra en el marco de los festejos del 5to Centenario.

Conferencias y anteproyecto de Bohigas

Las características del anteproyecto están en sintonía con las conferencias que Bohigas brindó en 1979. Organizadas por el Centro de Arquitectos de Rosario, sus ejes eran “la arquitectura en la ciudad, la ciudad en la arquitectura, persistencia tipológica.” En relación al primer tema, plantea la tarea de proyectar atendiendo a las cualidades urbanas del entorno. Cada proyecto como respuesta al entorno urbano o como propuesta de entorno urbano: el techo-terraza del edificio del Parque España apunta en ese sentido. En esta temática, Bohigas manifiesta su predilección por la ciudad antigua, “en la que existen calles y plazas y no por la solución urbana que el movimiento moderno ha provocado” (30). A pesar de la certeza de la imposibilidad de reproducir la ciudad preindustrial, la propuesta tiene que ver con el reencuentro de características urbanas tradicionales. Por allí pasa “su” salida a la crisis del “movimiento moderno”: se trata de reconsiderar la ciudad en términos tradicionales, y la adaptación al entorno urbano como punto de partida en el proceso de diseño. Con respecto a “la ciudad en la arquitectura”, Bohigas sostenía que los elementos tradicionales y prestigiosos de la ciudad pueden convertirse en temas generadores de la propia arquitectura, como lo hiciera en torno a los túneles que formarán parte de Parque España. A su vez, sostiene que el concepto de persistencia tipológica es un elemento inspirador del proceso proyectual. Los modelos, son tipos que se repiten a lo largo de la historia, son puntos de partida para el proyecto. El diseño, en su concepción, no se produce desde cero sino que existe una evolución sobre tipos ya existentes dados históricamente. La tipología aparece como tema fundamental en los setentas en la polémica arquitectónica y Bohigas la toma en contraposición con la metodología inductiva. El punto de partida es, entonces, el análisis de la experiencia histórica producida por la propia arquitectura. El tipo permanece en su propia validez a través de la superposición de correcciones sucesivas (31).

El paisaje que origina el anteproyecto tiene una doble estructura. Transversalmente, se divide en cuatro zonas: la primera, más cercana a la ciudad, absorbe problemas de circulación y sirve de traspaso entre la aglomeración urbana y la zona de parque. La segunda es una faja lineal en la que predomina el verde en sectores de prado continuo y masas de árboles y arbustos, intentando recrear un ambiente de paisaje natural aislado de la circulación y la ciudad. La tercera faja lineal es un gran paseo pavimentado al borde del río, en el que se recupera carácter urbano dentro de la tradición de los grandes paseos marítimos. La cuarta zona, es la faja pavimentada con adoquines en cota baja aprovechando los antiguos muelles. Longitudinalmente, el parque se divide en tres grandes sectores: el sector Este constituye el acceso al parque y concentra aspectos culturales que se articulan a partir del recuerdo y presencia activa de la cultura española. Así ocurre con el Centro Cultural Hispánico, el itinerario de monumentos y el mirador. El sector Central se organiza tomando como pieza fundamental el recinto para exposiciones, integrado en la rehabilitación y reutilización del edificio de la Estación de Rosario Central. El sector Oeste inicia el paso hacia el sector más informalizado con elementos paisajísticos de carácter pintoresco, centrados en un lago y una montaña artificial. El uso pretendido para este sector es básicamente recreativo (32). Como vemos, no se limita a un incremento de espacio verde, ni a una “simple” recuperación del patrimonio existente. Contemplando esas cuestiones, el anteproyecto se propone abordar temáticas de diversa índole: así, proporciona una solución a nivel vial, habilitando un túnel del Parque España como vía automotriz hasta la calle España, sin interferir con las funciones cívicas del parque (33). A su vez, el anteproyecto tiene una sensibilidad en torno a lo geográfico: las escalinatas del mismo conectan los desniveles de la barranca. Por otro lado, se abren instituciones culturales y el propio edificio, o más bien su techo, es el desenlace de una escalinata que se desdobla en dos partes, una sobre los túneles y otra sobre el nuevo edificio, derivando en un espacio público que posibilita unas visuales privilegiadas del río Paraná. Otros sectores del anteproyecto no se desarrollarán, aunque partes de lo no desarrollado serán retomadas por la Secretaria de Planeamiento, con ampliaciones hacia el Norte y hacia el Sur. El anteproyecto contemplaba una superficie mayor a lo efectivamente construido, y uno de los elementos que no se materializa es el mirador que atravesaba parte del Parque España. Éste simbolizaba el fluir del vínculo entre España y Rosario y, a su vez, ataba la dirección de la cuadrícula con la nueva pieza: cuadrícula que se liga a la presencia “originaria” de España en América. Sin embargo, otros elementos del parque sí recordarán la presencia española. Las columnas, que en este caso no “sostienen” nada, aparecen como referencia al mito de Hércules y como recuerdo de la presencia española en América. De lo efectivamente construido, varios elementos del anteproyecto sufren cambios, algunos de los cuales se deben a modificaciones en el programa de necesidades. La reforma educativa en España derivó en la necesidad de mayor espacio dentro del edificio. Recordemos que al interior del mismo funcionaría el Colegio Español de Rosario, el cual ofrece doble titulación argentino-española. Quiroga resuelve la necesidad de más espacio mediante la construcción de un piso más, con lo cual se pierde el juego visual producto del desnivel entre los dos sectores de la terraza-paseo.

Si el anteproyecto no es idéntico a lo construido, tampoco Bohigas será el mismo en el transcurso de tiempo que va desde 1979 a la finalización del proyecto en 1993. El anteproyecto es previo a sus intervenciones más relevantes en Barcelona. De hecho, Pampinella y Rigotti (34) hipotetizan una influencia del río Paraná en las actuaciones de Bohigas en Barcelona. Esto era comentado por Bohigas, en reportajes en periódicos locales, cuando se le preguntaba sobre posibles imágenes de Barcelona en el proyecto para Rosario: “…Yo creo que es al revés. Hay experiencias de Rosario que luego se han aplicado en Barcelona. Esta preocupación de la apertura de la ciudad al río o al mar yo creo que nuestro estudio comenzó en Rosario y luego las ha concretado no sólo en Barcelona, sino en otras ciudades. Es una línea que aquí se intuyó prematuramente, pero en este momento es la preocupación de todas las ciudades” (35).

Conclusiones

Hemos analizado algunas características que fue adoptando la ciudad de Rosario, en relación al debate internacional, y en torno a nuevas formas de pensar e intervenir sobre la ciudad. El proceso a través del cual circulan, se desarrollan y cristalizan aquellas ideas no es lineal. Diversas historias confluyen en un entramado que, si bien se vincula con acontecimientos políticos y económicos, tiene su propia temporalidad. En ese entramado hemos recorrido el camino que siguieron aquellas ideas, el cual no respeta fronteras nacionales ni locales. Así, hemos considerado ideas y figuras internacionales que son retomadas y reelaboradas en contextos particulares. El camino de las nuevas ideas, como hemos intentado señalar, entreteje múltiples historias de ámbitos urbanísticos, arquitectónicos y de gestiones urbanas.

notas

1
Surgida a mediados del siglo XVIII, sin fundación oficial y ubicada en el Centro-Este de la Argentina, Rosario es la segunda ciudad en importancia del país, cabecera del departamento homónimo y la más populosa de la provincia de Santa Fe. Posee un importante puerto sobre la margen occidental del río Paraná. Junto a otras localidades, forman el Área Metropolitana del Gran Rosario, con una población de 1.161.188 habitantes. Es el núcleo de una región de gran importancia económica, hallándose en una posición geográficamente estratégica con relación al Mercosur, gracias al tránsito fluvial y el transporte terrestre. El 80% del cereal del país se exporta por los puertos del Gran Rosario. Es la principal metrópoli de una de las zonas agrarias más productivas de Argentina, siendo centro comercial, de servicios y de una industria diversificada. El Municipio de Rosario tiene una superficie total de 178,69 km2, de los cuales 117 km2 se encuentran urbanizados y su densidad es de 5661 Habitantes por Km2..

2
Cambio que, con sus particularidades, se vincula a temáticas que ya venían expandiéndose en otros contextos. NOVICK, Alicia. “Espacios y proyectos. Oposiciones, hegemonías e interrogantes”, En NOVICK, A. (ed.). Las dimensiones del espacio público. Problemas y proyectos. Buenos Aires, SP-GCBA, Akian, 2003.

3
Los vínculos con el debate internacional no siempre tienen que ver con la presencia de arquitectos o teorías “importadas”. Esas teorías “sufren” cambios una vez insertadas en otros contextos. Por otro lado, aunque no en forma equivalente, debería considerarse al ahondar en el vínculo con el debate internacional, la presencia de arquitectos rosarinos trabajando en centros internacionales de discusión, tales como Mario Corea Aiello en Barcelona. Por otro lado, y posteriormente a la intervención de Bohigas, diferentes figuras del debate internacional realizarán intervenciones en Rosario. Así, Corea Aiello, Pelli y Siza materializarán en Centros Municipales de Distrito (CMD), la política de descentralización de Rosario.

4
Dentro de la serie de intervenciones, pueden mencionarse: los parques de la Cabecera, Costa alta y Paseo del caminante, Sunchales, de las colectividades, España Norte, España Sur, de la Bandera (recuperación del puerto de los eventos), Italia, de la Tablada, Hipólito Yrigoyen, el centro de renovación urbana Scalabrini Ortiz y la reurbanización del barrio de la Universidad.

5
ADAGIO, Noemí y RIGOTTI, Ana María. “Recuperando el Río. Ideas, proyectos, realizaciones. Rosario 1925-1940”, A & P, n. 10, 1995, p. 19.

6
Idem.

7
DELLA PAOLERA, Carlos M.; FARENGO, Adolfo O.; GUIDO, Ángel. Plan regulador y de extensión. Memoria descriptiva y justificativa. Rosario, Municipalidad de Rosario, 1935.

8
BRAGOS, Oscar. “Planes urbanos, espacio público y proyectos de ciudad. Rosario, 1875-1935”, A & P, n. 10, Rosario, 1995, p. 13.

9
El anteproyecto de MBM es del año 1979. Cabe recordar que en ese entonces, y desde 1976, la Argentina se encontraba bajo la égida de una dictadura militar que no se alejaría del poder sino hasta el año 1983.

10
SAINZ GUTIÉRREZ, Victoriano. El proyecto urbano en España. Génesis y desarrollo de un urbanismo de los arquitectos. Sevilla, Universidad de Sevilla, Consejería de Obras públicas y transportes, 2006.

11
Fernández De Luco ocupó la dirección de la Oficina del Plan Director en 1985, y la Secretaría de Planeamiento entre 1989 y 1995.

12
Martínez de San Vicente despliega el “análisis urbano” como modo de relectura de la historia de Rosario, al interior del Centro Universitario Rosario de Investigaciones Urbanas y Regionales – CURDIUR –, y junto a De Luco, en la Cátedra de Diseño Urbano de la Facultad de Arquitectura de Rosario. En los artículos publicados por Martínez de San Vicente, puede verse el intento por conformar una teoría interpretativa de la formación histórica de ciudades recientes, a partir de los aportes del “análisis urbano” italiano, y de figuras como Aymonino y Polesello.

MARTÍNEZ DE SAN VICENTE, Isabel. La naturaleza arquitectónica de las ciudades de reciente formación. Hacia la construcción de una teoría interpretativa. Rosario, Cuadernos del CURDIUR, n. 6, FAPYD, UNR, 1985.

MARTÍNEZ DE SAN VICENTE, Isabel. La formación de la estructura colectiva de la ciudad de Rosario. Rosario, Cuadernos del CURDIUR, n. 7, FAPYD, UNR, 1985.

13
En los vínculos entre De Luco, Martínez de San Vicente y el debate italiano, cabría agregar las relaciones que ambos mantienen con Toni Díaz , quien desde “La Escuelita” (espacio alternativo de enseñanza de arquitectura surgido en Buenos Aires en la época de la dictadura militar) impulsó un movimiento de reflexión en torno al rol de la arquitectura en la ciudad, invitando a Buenos Aires a firguras como Aldo Rossi.

14
Centro de Arquitectos de Rosario. “Confrontación de Ideas y debate sobre el destino urbanístico de los terrenos del Ex Molino Yerbatero Martín”. Rosario, 1982, p. 2.

15
Idem.

16
En Revista Dana, n. 5 de 1978, se presenta un texto denunciando la “devastación patrimonial” y reclamando una serie de medidas que enfrente aquel proceso.

17
QUIROGA, Horacio. “Parque España: cinco años después”, Revista del Taller, n. 9, 1985.

18
ALBERTALLI, María Pía. “Estudio H”, En: LIERNUR, J.; ALIATA, F. (comps.) Diccionario de Arquitectura en la Argentina. Buenos Aires, AGEA, 2004.

19
ELGUEZABAL, Eduardo. “Oriol Bohigas en Rosario” Summa, n. 140, 1979, p. 53.

20
Intendencia Municipal de Rosario. Ordenanza n. 2527. Rosario, 11 de enero de 1980

21
Esto no implica que desaparezcan las posiciones anteriores o que sean reemplazadas in toto por las nuevas perspectivas. Los cambios que implica el Plan Director se vinculan, asimismo, a cuestiones políticas. No tener que recurrir a la legislatura provincial, de signo político contrario, para modificar el Plan Regulador, era uno de los motivos para crear la figura del Plan Director.

22
FERNÁNDEZ DE LUCO, Manuel. “Plan Estratégico”, En: VENESIA, J. C. (comp.) Políticas públicas y desarrollo local. Rosario, FLACSO - UNR – IDR, 1998.

23
Esta “nueva” perspectiva sintoniza con los debates que venían desarrollándose en otros contextos, en torno al rol de la urbanística. Así, se reconceptualiza el rol del Estado, considerando los cambios en las estructuras económicas de las ciudades.

24
MARTÍNEZ DE SAN VICENTE, Isabel. “La sutil belleza de la ciudad aluvional. Crónica de 15 años de arquitectura pública en Rosario”, Summa+, n. 33, 1998.

25
FERNÁNDEZ DE LUCO, Manuel. (1987) “Rosario. Conocer para transformar”, A & P n. 0, Rosario, pp. 40-52.

26
Una de las ideas en las que se insertaba el proyecto del Parque España tiene que ver, en sus comienzos, con un “Plan de Incrementación de Áreas Verdes”.

27
Algunos inconvenientes en los vínculos entre los arquitectos y la gestión urbana, pueden verse en: PAMPINELLA, Silvia. “La ciudad cambió la voz. Tres temas para pensar la arquitectura de Rosario” Block, n. 7, 2006.

28
El área delimitada para el Parque España incluye terrenos empadronados a nombre de la Municipalidad de Rosario, la empresa de Ferrocarriles Argentinos, la Junta Nacional de Granos y la Administración Nacional de Puertos.

29
Según Quiroga, se había mandado a proyectar un parque en terrenos ajenos, ya que la Municipalidad no contaba con la tenencia de los mismos. Por otro lado, no se encontraba comitente. La Municipalidad aportaba las gestiones pero nadie se hacía cargo del financiamiento. La Federación de Asociaciones Españolas de la provincia de Santa Fe firmará como responsable del financiamiento del proyecto, a sabiendas de la insolvencia de la misma, que ya había pagado los honorarios del Estudio MBM para el anteproyecto, pero eso permitía continuar las gestiones en torno a un futuro financiamiento.

30
ELGUEZABAL, Eduardo. “Oriol Bohigas en Rosario” Summa, n. 40, 1979, p. 56.

31
Un análisis de los vínculos entre tipo y proyecto urbano para el caso de Rosario puede hallarse en: FERNÁNDEZ DE LUCO, Manuel; FLORIANI, Héctor; MÁRTINEZ DE SAN VICENTE, Isabel. “Tipo y proyecto urbano” en Coloquio sobre el problema tipológico. Ponencias. Cátedra Wladimiro Acosta, Buenos Aires, Secretaría de publicaciones CEADIG, 1987.

32
ESTUDIO MBM, MARTORELL, BOHIGAS, MAC KAY; ESTUDIO H; QUIROGA, Horacio y asociados, arqs. “Parque España, Rosario”, Summa, Colección Temática, 3/83,1983.

33
A lo largo del presente trabajo se habla de España en los siguientes aspectos: el Parque propiamente dicho, la calle España que desemboca en el parque y el país, España, de donde proviene Bohigas.

34
PAMPINELLA, Silvia y RIGOTTI, Ana María. “Complejo Cultural Parque de España (1980-1992)” Rosario, Mapa de Arquitectura. Buenos Aires, Diario de Arquitectura Clarín, 2006.

35
DAGNINO, Tomás. “La importancia de hacer ciudad”. Reportaje con Oriol Bohigas en Rosario. Diario El Cronista comercial. 18/05/94.

sobre el autor

Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) – Centro de Estudios Desarrollo y Territorio (CEDET) – Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Doctorando en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales (UBA), maestrando en Historia y cultura de la arquitectura y la ciudad, Universidad Torcuato Di Tella. Editor de la Revista Serie Urbana al interior del Instituto de Investigación en Humanidades Dr. Gerardo H. Pagés. Colegio Nacional de Buenos Aires – Universidad de Buenos Aires.

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