Your browser is out-of-date.

In order to have a more interesting navigation, we suggest upgrading your browser, clicking in one of the following links.
All browsers are free and easy to install.

 
  • in vitruvius
    • in magazines
    • in journal
  • \/
  •  

research

magazines

architexts ISSN 1809-6298

abstracts

español
Esta es la tercera de cuatro partes del artículo "La arquitectura en la Argentina (1965-2000)" en Arquitextos, publicado originalmente por la Academia Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires.


how to quote

GUTIÉRREZ, Ramón. La arquitectura en la Argentina (1965-2000) – Parte 3. Arquitextos, São Paulo, año 15, n. 170.02, Vitruvius, jul. 2014 <https://vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/15.170/5274>.

Larrán. Conjunto habitacional. Salta, 1961-1967
Foto Ramón Gutiérrez [Archivo CEDODAL]

2.6 La vivienda, el tema postergado

En la década del 60 al 70 la concentración del crédito por otros sectores sociales y el fomento de los sistemas de "ahorro y préstamo", generó la densificación de áreas centrales urbanas por la expansión de la construcción en propiedad horizontal pero a la vez tendían a desaparecer los planes de vivienda de interés social, estimándose en 1967 un déficit de más de 600.000 unidades en el área metropolitana. Se estimaba que un 2,5% de la población del Gran Buenos Aires vivía en villas de emergencia lo que tendía a incrementarse rápidamente. En la década desarrollista de los 60 la Argentina recibió líneas de apoyo externo para vivienda de interés social de organismos financieros como el BID y en 1965 se puso en marcha el Plan Federal de Vivienda.

Larrán. Banco del Noroeste. Salta, 1977
Atención Eduardo Larrán [Archivo CEDODAL]

El nuevo Plan de Erradicación de villas de emergencia de 1967 preveía la construcción en Buenos Aires de 8.000 alojamientos transitorios (construidos porel Comando deIngenieros del Ejército) sobre terrenos fiscales, para ir rotando luego a los habitantes y construyendo a la vez 8.000 unidades definitivas. En nuestro país lo transitorio es casi siempre definitivo y de allí en adelante se abrió la compuerta para la precarización de lo que el Estado entregaría en materia de vivienda, llegándose en la década de los setenta a hablar de "soluciones habitacionales" que podían ser suelo con servicios, piso y paredes o simplemente el núcleo húmedo de la vivienda.

Mitrovich y Asociados. Conjunto Ciudad Universitaria. Tucumán, 1967-1971
Foto Patricia Méndez [Archivo CEDODAL]

Las sucesivas legislaciones de los Planes de Viviendas Económicas Argentinas (VEA. 1969), el Plan de Acción Directa que articuló la política del Banco Hipotecario con inversiones en vivienda de los sindicatos y finalmente la Ley del Fondo Nacional de Vivienda indicaban el carácter errático de una política sustentada más en el lucro de las empresas constructoras e intermediarios que en atender a fondo el problema de la vivienda social. A estos les seguirían los Planes PEVE para Villas de Emergencia (1973) y, durante los gobiernos militares las operatorias ya mencionadas de inversión de terreno - financiamiento y construcción que articuló una especulativa solución.

El resultado de estas estrategias fue la creación de conjuntos de 1000 a 5000 viviendas que ocuparon obviamente las tierras residuales y de baja calidad de los suburbios urbanos (áreas anegadizas, tierras de baja consistencia y de dificultosa accesibilidad). La mayoría de las ciudades capitales y las poblaciones intermedias de las provincias vieron surgir enormes conjuntos de viviendas sin adecuado equipamiento, formando "ciudades dentro de las ciudades" y colapsando los sistemas de transporte, abastecimientos y obligando a rápidas operaciones de construcción escolar y asistencial. Estos barrios marcaron el perfil suburbano de ciudades como Resistencia, Corrientes, Jujuy, Santa Fe o Rosario con arquitecturas carentes en general de imaginación y calidad adecuada.

Un párrafo aparte merecen los concursos destinados a la vivienda de interés social particularmente la de los planes VEA y 17 de Octubre que articulaban la propuesta a costos económicos pautados y a normativas fijadas por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUV) del estado ola Comisión Municipalde la Vivienda (CMV) de Buenos Aires. La participación de las provincias a partir en 1972 de la creación por Ley 19.829 del Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI, eliminado después de 1976) generó una dinámica nueva y descentralizada.

Antonini y Asociados. Estadio de Fútbol José María Minella. Mar del Plata, 1978
Atención SUMMA [Archivo CEDODAL]

El impacto de los grandes conjuntos no era simplemente el físico y de carencia de servicios, sino también el social. Algunos han adquirido tal calidad de violencia cotidiana, como el de Ciudadela rebautizado "Fuerte Apache", que hacen casi imposible el control sobre un foco permanente de marginalidad. El divorcio entre los diseños y los usuarios agudizaron esta falta de relación afectiva entre la vivienda y la familia quela habita. Losespacios públicos, que eran de todos, se convirtieron en ámbitos residuales, que no son de nadie, y por ende pasaron a una rápida degradación o fueron apropiados privadamente.

En algunos de estos conjuntos las escalas de realización son enormes y requirieron además un equipamiento equivalente al de poblados del interior del país. Los costos en muchísimos casos superaron ampliamente las estimaciones del concurso y la calidad de las obras dejó mucho que desear en atención a la modalidad en que fueron realizadas y la deficiencia de los controles (1). César Naselli (1933) señalaba con lucidez la evasión hacia los dibujos de arquitectura cuando se trataba de estos conjuntos. Decía “Esta documentación habla de una geometría de bloques y cintas de senderos, nacida del juego de las maquetas que nunca consideran que con él se apilan personas porque han sido transformadas en “usuarios” o “adjudicatarios” (2). En la misma línea Eduardo Leston (1940) y Francisco Liernur (1946) los veían como “escuálidas repeticiones tardo-Team X en versión Candilis de unas extrañamente nacionales agrupaciones de viviendas de las casbah argelinas” (3).

Viviendas sindicales en San Lorenzo (Pcia. de Santa Fe). 1973 [Archivo CEDODAL]

Junto con otros estudios ya mencionados aparecen ahora las intervenciones del grupo STAFF de Jorge Goldemberg (1926-2001) - Teresita Bielus (1940) y Olga Wainstein Krasuk (1939) que realiza entre 1970 y 1974 una serie de conjuntos del Plan PEVE de erradicación de villas de emergencia en la ciudad de Buenos Aires y en la Provincia utilizando sistemas de monoblocks articulados. Entre ellos conjuntos como el de Villa Lugano que demostraron que el traslado mimético de soluciones inglesas, como los puentes de comunicación, estaban lejos de ser adoptados por los habitantes locales como una adecuada respuesta de punto de reunión e interacción social. En varios conjuntos, entre ellos el Piedrabuena de Solsona y asociados, el diseño desestructura la trama urbana preexistente desvirtuando la calle y sus funciones, degradando la “esquina” como referencia urbana y dejando espacio abiertos descaracterizados que redundaron en áreas residuales (4). Muchos diseños ajustados y construcciones de efímera duración aceleraron el deterioro de la calidad de vida y fue planteada por reclamos del vecindario. Esto quizás fue uno de los elementos esenciales que contribuyeron a la pérdida de aprecio de la tarea del arquitecto por parte de la sociedad, máxime cuando todo el nivel de decisión de los diseños y las opciones tecnológicas estuvieron en sus manos aunque condicionadas por el marcoeconómico y social que definía las encomiendas. Nos es difícil coincidir con la idea que en estos conjuntos las “búsquedas se orientaron a la creación de vida urbana, el diseño de unidades apropiadas a las costumbres de sus habitantes y la resolución de particularidades climáticas regionales” (5).

STAFF. Conjunto Soldati. Buenos Aires, 1972-1978
Atención SUMMA [Archivo CEDODAL]

STAFF. Conjunto Ciudadela. Buenos Aires, 1973-1978
Foto D. Rosemberg [Archivo CEDODAL]

Cosa similar sucedería en otro tipo de diseños de influencia “rossiana” como el barrio Centenario de Santa Fe que introdujo respuestas de prefabricación con encofrados modulares deslizantes que, sin un adecuado mantenimiento, mostraron rápidos procesos de degradación. Allí también los vecinos de la planta baja comenzaron a lotear el espacio central comunitario como si fuese un jardín propio de cada unidad de habitación. Estas circunstancias y muchas otras similares demostraban la necesidad de un trabajo previo con las comunidades que iban a ocupar estos conjuntos para asegurar una conciencia cívica y solidaria en el uso de los espacios y en el mantenimiento de los edificios. Raúl Lier (1944-2005) señalaba que en estos barrios “lo construido es, en general, deplorable; los organismos intervinientes han posibilitado técnicas de proyecto erradas y sistemas de densidades equivocados cuando no construcciones de baja calidad” (6). Un contraste claro puede verse en esta época con los conjuntos del Cooperativismo uruguayo donde los espacios públicos eran tratados como de pertenencia comunitaria y no como espacios residuales pero allí los habitantes habían participado activamente en la construcción de sus viviendas y valoraban de otra manera su propio esfuerzo para lograr calidad de vida.

Es importante también resaltar en este momento el surgimiento de grupos de trabajo y de investigación sobre vivienda popular y tecnología apropiadas. ElInstituto de Viviendainicialmente formado en 1965 por JuanOscar Molinosy Luis Morea en la UBA fue desactivado en la misma década de los 60 luego de la intervención ala Universidad. Elmás importante de los que subsisten se formó inicialmente enla Universidad Católicade Córdoba y luego se integró al CONICET. Se trataba del Centro de Experimentación de Vivienda Económica (CEVE) formado en 1967 y que genera luego la Asociación de Vivienda Económica (AVE). Ambos fundados por Horacio Berretta (1926-2010) realizaron miles de viviendas con los usuarios y creó sistemas constructivos atendiendo al abaratamiento de la producción (7). Otro grupo de experimentación en este campo lo generóVíctor Pelli(1931) en Resistencia dentro del ámbito dela Universidad Nacionaldel Nordeste. El trabajo de realización de estas viviendas por esfuerzo propio y ayuda mutua retomaba caminos propuestos por el Centro Interamericano de Vivienda (CINVA) dela Unión Panamericana y luego de la OEA que funcionó en Bogotá entre 1951 y 1974 y donde arquitectos argentinos como Ernesto Vautier, Jorge Ricury Alberto GonzálezGandolfi (1917-2005) tuvieron destacada actuación.

Solsona y Asociados. Conjunto Piedrabuena. Buenos Aires, 1975-1980
Foto Rosemberg [Archivo CEDODAL]

Baudizzone y Asociados. Barrio Centenario. Santa Fe, 1978. Planta
Atención SUMMA [Archivo CEDODAL]

La tarea deClaudio Caverien la formación dela comunidad Trujuien la zona de Moreno (Provincia de Buenos Aires) proyectó justamente sus propuestasde arquitectura de comunidadatendiendo a los temas de la vivienda, el equipamiento y la gestión de actividades barriales. Caveri desarrolló a la vez una importante tarea de reflexión filosófica y de fundamentación de sus búsquedas humanísticas y sociales en diversos planos de compromiso y acción política (8).

Baudizzone y Asociados. Barrio Centenario. Santa Fe, 1978.
Atención SUMMA [Archivo CEDODAL]

2.7 El Planeamiento urbano y territorial, nuevas miradas

También puede destacarse en este período el impulso que tienen los arquitectos vinculados a la planificación física y territorial, en tiempos que ya se comenzaba a hablar de un diseño urbano más específico. Hubo una primera etapa donde los estudios de los arquitectosJosé Manuel Pastor(1914-81) y del ingenieroJosé Bonilla, o los trabajos de Carlos María Della Paolera (1890-1960) y Miguel Conrado Roca (1913-73) fueron señalando propuestas de planes reguladores para ciudades del interior mientras que el Grupo del Plan Urbano de Buenos Aires con Kurchan, Bonet y Ferrari Hardoy y luego García Vázquez, Odilia Suárez (1923-2006) y Eduardo Sarrailh (?-1990) marcaban y ajustaban diversas propuestas. En Córdoba la tarea del arquitecto Ernesto La Padula (1902-68) y en Rosario el Instituto de Planeamiento Regional de la Universidad del Litoral (IPRUL) que crearaJorge Enrique Hardoyen 1961 fueron también planteando estudios para Rafaela, San Nicolás y otras ciudades intermedias. Posteriormente Hardoy crea el Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR) y finalmente, en 1988, el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED-AL), que edita regularmente la revista “Medio Ambiente y Urbanización” y continúa trabajando activamente para mejorar la calidad de vida de sectores populares de las periferias urbanas de Buenos Aires y Rosario, bajo la conducción de Ana María Noguerol (1937) y Florencia Almansi(1963) (9).

CEVE. Experiencias en autoconstrucción dirigida. Córdoba
Atención Horacio Berretta [Archivo CEDODAL]

Fue claro que con la creación del Consejo Federal de Inversiones (CFI) y luego, en tiempos de gobiernos militares la formación del CONADE, se propiciaron estudios territoriales y de planes urbanos en las décadas del 60 y 70. Fue un momento de gran cantidad de proyectos muchos de los cuales seguían todavía con la antigua tradición de tratar de aplicar a las ciudades las recetas del CIAM o de otras vertientes siguiendo la idea de un modelo externo o teórico y limitando la apreciación de la ciudad real sobre la cual habrían de operar. Se incrementó también la bibliografía sobre los temas urbanos yla propia EUDEBAeditaba los trabajos de Gastón Bardet (1907-89) y Robert Auzelle (1913-83), mientras se creaba por parte del arquitectoPatricio Randle(1927) el núcleo de investigación OIKOS que desarrolló dentro del CONICET una amplia gama de estudios basados en la comprensión del territorio argentino y tratando de sistematizar los aportes y propuestas de urbanistas nacionales como Della Paolera (10).

Luis Morea
Atención Familia Morea [Archivo CEDODAL]

Muchos de estos planes de ordenamiento en ciudades intermedias y pequeñas quedaron simplemente como proyectos y lo propio sucedería con los realizados para las grandes ciudades donde el orden de decisiones que implicaron transformaciones fuertes se originaron en las propuestas para perfeccionar sistemas viales o de transporte. En el caso de Buenos Aires podemos recordar la prolongación de la Avenida 9 de Julio y luego, en los setenta, la traumática y conflictiva apertura de las autopistas urbanas con su secuencia generalizada de derribos y la colocación de los escombros enla costa. Cuandoalgunos urbanistas plantearon la apertura allí de una nueva ciudad para el crecimiento que estimaban para Buenos Aires,Mario Sabugo(1951) la denominó acertadamente “Rellenópolis” y el Río de la Plata hizo su tarea y conformó lo que hoy es la Reserva Ecológica (11).

Sin embargo, la visión desde la perspectiva del planeamiento era que gracias al impulso que tomaron estos estudios se había generado una dinámica arquitectónica. Odilia Suárez en 1977 enfatizaba la transformación de los “programas” que se habían formulado desde ese enfoque de la planificación territorial y sectorial y decía que en Buenos Aires: “De otra forma no podría entenderse la aparición en los últimos años, de los conjuntos habitacionales del Parque Almirante Brown o de Catalinas Norte en la ciudad de Buenos Aires, o de la serie de proyectos de hospitales correspondientes a un replanteo global de la infraestructura sanitaria del país, o de los conjuntos integrados de vivienda de la Secretaría de Vivienda y Urbanismo.” (12)         

En 1969 el Plan Regulador de Rosario impulsado por el arquitecto Oscar Mongsfeld (1915-?), que originaría el Código Urbano de 1970, insistía en la idea de la ciudad modélica del futuro priorizando temas como las transformaciones viales y ferroportuarias, las infraestructuras sanitarias y el recurrente reclamo de erradicación de “villas miseria” que se venía imponiendo desde 1955 (13). Entre otras obras el Viaducto Avellaneda de 1972 y la avenida de circunvalación determinaron delimitaciones espaciales de importancia en la ciudad, que se complementarían con el Paseo Ribereño Norte en ocasión del Campeonato Mundial de 1978 y finalmente conel puenteque la une a la ciudad de Victoria (Entre Ríos). También, bajo el amparo de la Ley de Desgravaciones impositivas en la década del 70 la ciudad sufrió un impacto constructivo notable por su alta densidad y baja creatividad generando un paisaje urbano claramente especulativo y, a la vez, conjuntos de asentamientos populares de quienes migraban de las provincias del norte hacia la zona central del país, acosados por el cierre de los sistemas ferroviarios y el consiguiente abandono de pequeños poblados que quedaron incomunicados.

En la década del 80 Rosario tuvo la posibilidad de recuperar espacios de uso público de notable calidad, comenzando por el Predio Ferial del llamado “Patio de la Madera” junto a la zona de cargas del antiguo Ferrocarril Francés y continuando con el Parque España de Oriol Bohigas (1925), Joseph Martorell (1925) y David Mackay (1933), con la colaboración del Estudio H yHoracio Quiroga(1941) que, con sus extensiones, significó un fuerte reencuentro de la ciudad con el río Paraná completada con la remodelación dela Estación Fluvialen 1999. Los rosarinos, que habían padecido lo que el propio Quiroga había denominado el “desgravation style” de una arquitectura comercial de lamentable calidad, ganaron en autoestima y vieron crecer a su ciudad de una manera racional que ya se reflejaba en el Plan Estratégico del año 1998 y en las políticas de descentralización y modernización de los distritos urbanos. Una adecuada y participativa gestión municipal aseguraría a Rosario uno de los procesos más interesantes desde el punto de vista urbanístico y donde el protagonismo de la ciudadanía mostraría otras alternativas de acción social y cultural. El plan de reordenamiento urbano (2007) que planteó limitaciones claras de altura en la zona central significó una clara vocación por preservar la calidad de vida urbana.

Mientras tanto en muchas partes del país, junto a las periferias de la pobreza se comenzaron a formar las periferias, también excluyentes, de la riqueza en forma de los “barrios cerrados” o “countries” instalados en referencia a pautas de seguridad, recuperación del paisaje rural y en muchos casos la posibilidad de reconocimiento social o de un grado de pertenencia o de ocultamiento que sectores de rápida mejora económica aspiraban a lograr. Los barrios cerrados no sólo fraccionaban el territorio que las autopistas habían surcado sino que mostraban una lectura de autonomía y de clubes exclusivistas. Son asentamientos servidos por grandes contenedores a la usanza de los “Mall” o los hipermercados que abastecen a automovilistas con enormes estacionamientos y actividades lúdicas complementarias.

Hubo en Argentina escasas ciudades de nueva planta, el caso más notable fue la generación de Nueva Federación en Entre Ríos cuandola antigua Mandisoví-Federaciónfue afectada por la construcción de la represa de Salto Grande y quedó bajo las aguas. Durante muchos años sociólogos, economistas, arquitectos realizaron mediante encuestas, análisis de modos de vida y valores, estudios sobre la población y la ciudad que se iba a trasladar. Los habitantes de Federación pudieron así elegir el paraje donde habría de realizarse la nueva ciudad buscando una zona de bosques por su relación paisajística. La primera obra para preparar la construcción de la ciudad fue justamente la tala de esos bosques que eran los que había definido la elección del nuevo emplazamiento.

El diseño realizado por los arquitectos se apartó definitivamente de la tipología de la ciudad preexistente, eliminó la plaza y convirtió a la calle comercial en el eje de vida urbana, una calle de altura diferencial para el tránsito peatonal y automotor. Las viviendas, luego de aquellos estudios minuciosos de articulación social, se sortearon y se rompieron por ende todas las relaciones de vecindad. El equipamiento comunitario desapareció, tal el caso de la biblioteca pública y los almacenes barriales, ambos lugares de encuentro habituales en los pueblos. Fueron reemplazados por el supermercado de venta rápida y acotada, mientras que los múltiples cafés y boliches darían paso a la confitería de música funcional donde nunca se oiría hablar de fútbol o fuesen los habitantes a jugar al truco. Lo traumático para la población no fue solamente perder su ciudad, sino también perder los valores de su cotidianeidad. Luego de tres décadas de fundada la ciudad el descubrimiento de aguas termales ha dado impulso a un turismo nacional que ha posibilitado para Nueva Federación una recuperación de la vitalidad, su reforestación y su posibilidad de ser un ámbito autosustentable en lo económico (14).

Tampoco faltarían en esta época las utopías urbanas que van desde las ideas de Amancio Williams (1913-1989) con sus propuestas de “La ciudad que necesita el mundo” y “La ciudad en la Antártida”, hastala Nueva Capitalde la Nación ubicada en Viedma-Patagones bajo el impulso del presidente Raúl Alfonsín y con el proyecto dirigido por los arquitectos García Vázquez y Bacigalupo con un extenso equipo (15). No menos distante quedó el prolongado debate sobreel puenteBuenos Aires-Colonia. Urbanismo y arquitecturas de papel que se reiteran, una vez más, en la historia argentina.

Caveri. Casa de Ejercicios “Jacarandá”. Reconquista, Santa Fe, 1966 [Archivo CEDODAL]

2.8 La arquitectura de sistemas y las tipologías

Aunque en nuestros días el sector informático se ha apoderado de la denominación “Arquitectura de sistemas”, y ello quizás pueda distorsionar la conceptualización que en la década de los 70 tuvo para los arquitectos, lo cierto es que en determinados campos como los de la arquitectura hospitalaria y escolar esta metodología proyectual alcanzó relevancia entre nosotros. El entusiasmo metodológico que pareció teñir esta década intentaba encontrar una base científica que asegurara la idea de que arquitectura es siempre producto de la “razón”.

De aquí que los trabajos de Christopher Alexander y Christopher Jones, tuvieron su momento de entusiasmo y generaron un debate sobre las características del proyecto que fue de importancia sobre todo para una generación que intentaba proponer una sistematización del diseño. Esto coincidía con la idea de la prefabricación de elementos, la regularización de las dimensiones, el nuevo auge del Modulor corbusierano y la tendencia a generar normas para determinados programas arquitectónicos.

La arquitectura de sistemas ponderó algunas antiguas concepciones de la arquitectura académica en cuanto hacía a la relación de las partes con el todo, a la jerarquización de las mismas y a la capacidad de una lectura integral pero a la vez con posibilidades de verificación desagregada. La flexibilización de los espacios concebidos como recintos de potencial carácter multifuncional contrastaba con el encadenamiento de sistemas que ciertas aproximaciones a la arquitectura escolar u hospitalaria planteaban.

Se realizaron en esta época una gran cantidad de concursos de hospitales. Muchos no se concretarían en obras pero entre los que se construyeron cabe destacar el Hospital Nacional de Pediatría del equipo de Aftalión, Bischoff, Egozcué, Vidal, Do Porto, Escudero con un diseño extendido en horizontal y que generó un estudio especializado en este tipo de obras. También cabe recordar al de San Vicente de Paul de Orán (Salta) de Llauró-Urgell con Jorge Hampton (1945) que apeló a la solución de la doble cubierta para paliar las rigideces climáticas de la zona. En este campo de la arquitectura hospitalaria junto con un perfeccionamiento de las estructuras públicas se realizaron concursos importantes como el del hospital de La Matanza ganado por el estudio de Casiraghi-Cassina-Frangella quienes realizaron también la Escuela de Lenguas Vivas en la manzana de la antigua penitenciaría. Estudios como los de Testa y Baudizzone con sus asociados también encararon en esta época diseños hospitalarios.

No solamente el clima era un aspecto a ser considerado. Recuerdo que conGraciela Viñuales(1940) nos tocó preparar parala Misión Nueva Pompeyaen la zona del Impenetrable chaqueño un proyecto de Hospital para el grupo indígena que trabajaba en los obrajes de la zona y donde la internación del trabajador, generalmente por tuberculosis, requería pensar en un espacio adicional para alojar a toda la familia que migraba a acompañar al enfermo con sus chivos, loros y petates.

En el campo de la arquitectura escolar la tarea inicial de los sesenta realizada en proyectos de Jorge Goldemberg y asociados enla Escuela Kennedyse continuaría con otras modalidades como las seguidas por Fermín Estrella Gutiérrez (1938) con el Plan de Construcciones Escolares dela República Argentinaque movilizó la realización de más de dos mil aulas en el período anterior a 1976. La formación del grupo de Industrialización y Racionalización de la Arquitectura (IRA) buscó en esta época sistematizar los costos productivos de la arquitectura y en la realización de centros educativos experimentales (16). A partir de 1983 en la ciudad de Buenos Aires también se hicieron gran cantidad de proyectos para rehabilitar y ensanchar antiguos edificios escolares con activa participación de variados estudios de arquitectos.

En los 80 el tema de la discusión teórica se centró hacia la opción de aplicación de modelos o de tipologías, definiendo a la primera como el punto de referencia a implantar y la segunda como aquella que expresaba la conceptualización básica pero que permitía diversas soluciones a partir dela misma. ParaGiulioCarlo Argan (1909-92) el “tipo” era la integración de ideas desde las cuales se podía generar nuevas soluciones atendiendo al tiempo histórico correspondiente, mientras que el “modelo” era una propuesta rígida que requería una mimesis ajena a contemplar el paso de la historia y los cambios que ella incorporaba. En este sentido la reflexión tipológica es un aporte a la comprensión de un proceso de la arquitectura que ayuda a entender los rasgos de una cultura que no se desprende de sus tradiciones, pero tampoco acepta la simple imitación de lo antiguo.

Los estudios tipológicos tendieron a sistematizar propuestas, como se ha mencionado para edificios escolares, desagregando y catalogando sus componentes que permitirían una simplificación en las variedades de diseño y una economía de obra. Lo propio se planteaba desde el punto de vista tecnológico con la prefabricación de partes. En los casos de las viviendas los avances para simplificar los paneles sanitarios que integraban las cañerías de baños y cocinas, buscaban este abaratamiento, a la vez que condicionaban fuertemente el diseño. Los entusiasmos por la prefabricación fueron efímeros pues era una estrategia de largo aliento alejada de las discontinuidades políticas e industriales del propio país. Por las necesidades de escala algunos de los sistemas se lograron aplicar en grandes conjuntos de vivienda.

Federico Ortizdecía que no había dudas en que los arquitectos argentinos “son más buscadores o dadores de formas que creadores de tipos. Es posible que esto sea así porque la Argentina es un país latino y no un país sajón (o de origen nórdico, o como queramos llamarlo), pero también es así porque es un medio de baja industrialización, es decir de tecnología de nivel medio y cara, siempre ofrece más campo al ejercicio de la búsqueda de formas que a la elaboración de tipologías” (17). De todos modos algunas obras como la ampliación de alojamientos en la Escuela de Mecánica de la Armada con estructuras de acero y elementos prefabricados mostraron la potencialidad de diseños de calidad.

La idea de que las buenas obras de arquitectura internacionales servirían de paradigmas tipológicos, formales y/o funcionales para su aplicación en otros contextos se fue diluyendo en la medida en que se reducían aquellas presuntas “cabezas de serie” emblemáticas y que la escasez de estos posibles modelos no trascendían a un proceso de construcción de la ciudad de muy baja calidad. La influencia de los textos y obras deAldo Rossi(1931-97) vinculando tipologías formales con soluciones aptas para diseños urbanos en la idea dela “Construcciónde la Ciudad” (así se denominaba la revista deSalvadorTarragó (1941), quien tradujo el libro de Rossi) tuvo eco muy directo sobre todo en propuestas del estudio de Baudizzone, Díaz, Erbin, Lestard y Varas en la línea de consolidación de un “Laboratorio de arquitectura” (18). Sin embargo, la calidad de terminación de obras como el Banco Nación en Ciudadela de Biquard, Marjowsky y Urruty (1989) o en el Museo del Banco Provincia de Buenos Aires de Llauró y Urgell testimonian un momento importante del cuidado de obras que apuntaban a una durabilidad con adecuada expresividad y funcionalidad.

Roca M. A. Puerta-puente sobre peatonal del Centro His - tó rico. Córdoba, 1980.
Foto Dick Alexander [Archivo CEDODAL]

Más tarde en la década de los noventa cierto proceso de estandarización en la producción arquitectónica, vinculada con las ideas de la arquitectura flexible y con la pérdida de protagonismo de las funciones específicas generaron una tipología de “obra abierta” de carácter genérico que, en términos de globalización, sirviera para diversas actividades y pudiera “caracterizarse” libremente o por el contrario desprenderse de toda connotación identificatoria sin problema alguno. De esta manera podía priorizarse fácilmente el papel de la arquitectura como símbolo o de la corporación instalada con su propia iconografía es decir reducir las calidades conceptuales de la arquitectura a un uso mucho más frívolo.Es la arquitecturaque el crítico inglés William Curtis (1948) llama “Contenedores sin contenidos”.

notas

NE
Esta es la segunda de cuatro partes del artículo "La arquitectura en la Argentina (1965-2000)" en Arquitextos, publicado originalmente por la Academia Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires. Links para las otras partes del artículo:

GUTIÉRREZ, Ramón. La arquitectura en la Argentina (1965-2000) - Parte 1. Tiempos de cambio. De la esperanza al pragmatismo. Arquitextos, São Paulo, año 14, n. 168.01, Vitruvius, mayo 2014 <http://www.vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/14.168/5216>.
GUTIÉRREZ, Ramón. La arquitectura en la Argentina (1965-2000) – Parte 2. Del movimiento moderno a la posmodernidad. Arquitextos, São Paulo, año 15, n. 169.00, Vitruvius, jun. 2014 <http://www.vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/15.169/5229>.
GUTIÉRREZ, Ramón. La arquitectura en la Argentina (1965-2000) – Parte 4. Arquitextos, São Paulo, año 15, n. 171.01, Vitruvius, ago. 2014 <http://www.vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/15.171/5286>.

1
En los años 1984-1985 realizamos con el Instituto Argentino de Investigaciones de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo un estudio para el Banco Hipotecario Nacional sobre los conjuntos habitacionales en diversas partes del país para determinar sus resultados luego de años de uso, los costos previstos, los realmente resultantes y los sistemas constructivos y diseños como su capacidad de aceptación y adaptación por los usuarios. En el equipo trabajaron entre otros colegas,Victor Pelli, Celia Ursini, Guillemo Mérega,Juan Cortizas,Diana Rosemberg, Raúl Di Lullo,Liliana Lolich. Hubo mucha dificultad en obtener la documentación de barrios en el propio archivo del BHN (archivo luego desaparecido cuando se privatizó el Banco). Las empresas constructoras y los estudios de los arquitectos aportaron la mayoría de la documentación utilizada.

2
Naselli, César. “La imagen de una década de arquitectura y urbanismo”. En Summa Nº 157. Buenos Aires. Diciembre 1980. Pág. 51

3
Leston, Eduardo – Liernur, Jorge F. “Comentarios sobre diez años de arquitectura”. Idem. Pág. 53

4
Rosemberg, Diana - Ciocchini, Alberto - Sales, Laura. “Vivienda de interés social en la Argentina”. En Revista Trama. Nº 39. Quito. 1986. Pág. 27-32.          

5
Liernur, Jorge Francisco. Arquitectura en la Argentina… Op. Cit. Pág. 354.

6
Lier, Raúl. “Década 1970-1980/ Opiniones”. En Summa Nº 157. Buenos Aires. Diciembre 1980. Pág. 49.

7
Berretta, Horacio. Vivienda y promoción para las mayorías. Humanitas. Buenos Aires. 1987. Ver Fines y pautas del CEVE. CONICET-CEVE. Buenos Aires. 1973.

8
Caveri, Claudio. Los sistemas sociales a través de la arquitectura. Buenos Aires. 1976. Ficción y realismo mágico en nuestra arquitectura. Buenos Aires, 1987 y Surtectura. Buenos Aires. Calle, 1992.

9
Rofman, Alejandro. “El CEUR una experiencia imaginativa y desafiante”. En Medio Ambiente y Urbanización Nº 43. IIED-AL. Bueno Aires. 1994. Véase Hardoy, Jorge Enrique. Las ciudades del tercer Mundo y el medio ambiente de la pobreza. IIED-Al. Buenos Aires. 1987.

10
Bardet, Gastón. El urbanismo. EUDEBA. Buenos Aires. 1969. Auzelle, Robert. Técnica del urbanismo: El planeamiento de las organizaciones urbanas. EUDEBA: Buenos Aires. 1959. Randle, Patricio. Della Paolera. Buenos Aires y sus problemas urbanos. OIKOS. Buenos Aires. 1977

11
Sabugo, Mario. “Blues de la Costanera Sur”. En Sabugo, Mario – Iglesia, Rafael. La ciudad y sus sitios. Buenos Aires. CP67. 1987.

12
Suárez, Odilia. “Balance y tendencias de la arquitectura argentina de los últimos veinte años. En Summa. Nº 113. Buenos Aires. Junio 1977. Pág. 69.

13
De Gregorio, Roberto y otros. Rosario. Guía de Arquitectura. Junta de Andalucía – Universidad de Rosario. Sevilla-Rosario. 2003. Pág. 69.

14
Gutiérrez, Ramón – Viñuales, Graciela. “Federación. Complejidad sí, contradicción también”. En Revista Nuestra Arquitectura Nº 517. Buenos Aires. 1981.

15
Williams, Claudio. Amancio Williams. Gaglianone. Buenos Aires. 1990. Véase “La ciudad que necesita la humanidad”. La Nación, Buenos Aires, 20 de abril de 1977.

16
Estrella Gutiérrez, Fermín. Arquitectura de sistemas al servicio de las necesidades populares. Teoría - prácticas -  políticas. 1964-1983. CEVEUR. México. 1984.

17
Ortiz, Federico. “Esto no es historia”. En Summa Nº 113. Buenos Aires. Junio de 1977. Pág. 71.

18
Waisman, Marina. Architecture. Baudizzone, Erbin, Lestard, Varas. Miami. Presse Internationale. 1980. Aldo Rossi, sin embargo aceptaba que “el arquitecto no puede controlar la ciudad”. Véase La Nación, Buenos Aires, 27 de octubre de 1982.

acerca del autor

Ramón Gutiérrez nació en Buenos Aires en 1939. Arquitecto por la Universidad de Buenos Aires en 1963. Investigador de los temas de Historia de la Arquitectura y Conservación del Patrimonio. Investigador Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina (jubilado). Miembro de Número de las Academias Nacionales de la Historia y de Bellas Artes, Argentina, y Correspondiente de las Academias de España y América. Fundador y director de la revista “Documentos de Arquitectura Nacional y Americana”, DANA. Docente en diversas universidades e institutos de España, Italia, Portugal y América. Profesor Honorario de las Universidades de Chile, Nacional de Ingeniería y Ricardo Palma de Lima, y de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa – en el Perú- y de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. Profesor invitado y Coordinador del Doctorado en la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla, España. Autor de 250 libros y de numerosos artículos sobre Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica. Fundador del Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana, CEDODAL, Buenos Aires.

comments

170.02 latinoamerica
abstracts
how to quote

languages

original: español

share

170

170.00 homenagem

As muralhas invisíveis da Babilônia moderna

Nicolau Sevcenko

170.01 urbanismo

Town Planning Conference, Londres, 1910

Intercâmbios internacionais nos primórdios do urbanismo moderno e seus reflexos no Brasil

José Geraldo Simões Junior

newspaper


© 2000–2024 Vitruvius
All rights reserved

The sources are always responsible for the accuracy of the information provided