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my city ISSN 1982-9922

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Segundo Converti, a problemática global que atualmente impacta o sistema econômico e financeiro e o destino de milhões de habitantes de diversas nações, teve expressões de antecipação nas novas formas e modos de habitar o espaço público e privado urbanos

how to quote

CONVERTI, Roberto. Viviendo el tercer milenio. Minha Cidade, São Paulo, año 11, n. 123.01, Vitruvius, oct. 2010 <https://vitruvius.com.br/revistas/read/minhacidade/11.123/3607>.



La problemática global, que actualmente impacta en el sistema económico y financiero internacional y en el destino de millones de habitantes de las más diversas naciones del mundo, tuvo notables expresiones de anticipación en las nuevas formas y modos de habitar  el espacio público y privado urbano, el cual ha ido registrando un permanente y excepcional proceso de transformación, alterando las condiciones ya conocidas, por otras de nueva escala y dinámica, lo cual permitió un impactante cambio, pleno de satisfacciones y conflictos, en los modos de relación de la ciudadanía en sus ciudades.

La extensión anómica y sin límite de las aglomeraciones urbanas, una de las evidencias más comentadas de este ciclo de mutaciones globales, advierte sobre el complejo inventario de acontecimientos, que han impuesto en simultáneo un gran condicionamiento social: la dispersión geográfica, la dinámica incontrolada de las migraciones, la fragmentación social, los nuevos tiempos de movilidad y comunicación en el territorio, la invención de diferentes lugares para servicios o actividades productivas,  la imposibilidad de muchos de encontrar un sitio digno para la vivienda, la exigencia espontánea de insertarse competitivamente en los flujos globales y la dificultad permanente de promover el desarrollo local.

Ya la Cumbre Mundial de las Ciudades organizada por la UNESCO, Hábitat II, que se realizara en Estambul en el año 1996, tuvo justamente y en reconocimiento a estas circunstancias, un mensaje ético: humanizar la ciudad poniendo al individuo en el centro de la política pública, siendo el objetivo, pensar en ciudades de paz, democracia y desarrollo, respetando al mismo tiempo el medio ambiente mediante la colaboración público/privado.

En este sentido, la discusión política sobre el derecho a un desarrollo territorial sustentable, es hoy un tema de indudable trascendencia, representando uno de los frentes que con mayor entusiasmo se trata desde la comunicación social, tanto por el ferviente reconocimiento ciudadano a participar e influenciar desde allí en las decisiones públicas, como por el desconocimiento, muchas veces, generalizado sobre el significado del cambio por venir.

Es por ello que adquiere especial importancia el tratamiento de la dimensión simbólica de la ciudad, sobre todo en el marco de manifestaciones que colocan la expectativa ciudadana frente a conflictos que le permiten pensar, reflexionar, opinar y vivir orgullosamente, o no en sus ciudades.

Surge interesante entonces, observar algunos de los principales puntos que actualmente las ciudadanías debaten, critican y exigen corregir, lo cual permite a su vez,  analizar el catálogo de conflictos que explican el cambio de calidad de la vida urbana.

Sin orden de prioridad, se suceden la invasión del espacio público, la complejidad en la organización del tránsito y el transporte, la ocupación ilegal de los lugares públicos o privados, la acumulación de residuos en la vía pública y el trabajo clandestino dedicado al supuesto reciclado de esos residuos, los múltiples fenómenos de violencia urbana, el descontrol ambiental y la calidad de la gestión del planeamiento urbano, todas referencias, que a los ciudadanos no solamente le importan, o no, sino que  lo hacen sentirse amistoso con su ciudad, o no.

Este sentimiento explica lo que recientes debates promovidos al respecto han denominado "mensajes hostiles", indicando que se pueden generar problemas importantes en una comunidad, al no disponer de señales claras sobre los modos y criterios adecuados que orienten la buena convivencia cotidiana.

Queda claro entonces, que pensar la ciudad solamente en términos funcionales, la deja vacía de sentido.

Ante esta evidencia, tanto el lenguaje de la arquitectura, como el de la estética urbana han dejado de representar el exclusivo indicador de la calidad posible de una ciudad, ahora compartido con la violencia, la exclusión, los lugares que se pueden o no transitar, el vandalismo o la suciedad en las calles, describiendo la íntima relación entre la forma del paisaje urbano y el del tipo y el estilo del comportamiento social, en tanto la ciudad acabará siendo lo que las reglas de convivencia indican y lo que sus habitantes hagan de ella.

Así y en el presente contexto de crisis económica y financiera internacional, inaugural del tercer milenio y admitiendo la continuidad de un ciclo social de evoluciones y mutaciones drásticas, el destino de las ciudades y en ella los modos de cooperación público / privada, surgida de nuevos y originales modelos cooperativos, debería ser uno de los temas fundamentales a considerar tanto para la gobernabilidad, como para la convivencia cívica por venir.

El mundo ya es otro.

Marginal Pinheiros, São Paulo
Foto Nelson Kon


Es necesario por ello, mantener clara la visión de muchos “futuros posibles”, para construir sistemas sociales abiertos, que sepan aprender de su misma evolución y de todas las normas y estéticas reconocibles.

Con estos parámetros y en estas circunstancias, se deberá trabajar en el futuro, sobreponiéndose a las condiciones irregulares existentes e induciendo modificaciones estratégicas de excepcionalidad, que provoquen fundamentalmente un enorme salto social en los modos de comprender y comportarse en una ciudad.

Recursos naturales e identidad territorial

Si los ciclos económicos mundiales están cambiando, por su íntima dependencia, también se modificará la organización social del territorio, siendo ese tema, de gran importancia para definir las estrategias políticas futuras de interés ciudadano.

En este contexto, los nuevos procesos de inclusión o exclusión de las naciones a nivel internacional, han de caracterizarse por aspectos que acercaran al conjunto de las sociedades mundiales a la preocupación de problemáticas similares: el requerimiento por una mayor producción de alimentos, el transporte en gran escala de mercancías y pasajeros, la innovación permanente en tecnologías de la comunicación, la provisión estratégica de energías, la transformación de la identidad cultural de las naciones,  la incertidumbre por la movilidad del capital corporativo y la exigencia de las políticas de calidad ambiental, todas cuestiones que impactarán en la forma de habitar y ocupar el territorio.

Estas condiciones debieran promover, para la época, la conformación de una nueva teoría de ocupar el espacio habitado y con ello el futuro modo de constituir una comunidad, modificando ello el carácter y estilo de cualquier orden territorial precedente.

En este sentido, la crisis financiera internacional también expresa, por su impacto y alcance, la necesidad de generar procesos de anticipación estratégica en la gobernabilidad de las comunidades locales.

Las ciudades, el escenario de las estrategias futuras

Ante estas consideraciones y en las vísperas de un nuevo y diferente ciclo de organización de los vínculos globales, las ciudades han de ser uno de los escenarios fundamentales de este cambio trascendental, en tanto las corrientes globales activas, de carácter económico y social, influirán en ellas de forma positiva o negativa, pero siempre de manera importante.

Hacia una nuevo ciclo de cooperación pública y privada

La hipótesis plateada es que el destino de las características y la organización social de las ciudades, será en gran medida, quienes orientarán el rumbo de la planificación territorial y económica futura de Naciones y Regiones.

Ante ello y en la advertencia que en todo proceso de transformación sustentable, coexisten numerosos actores directos e indirectos, es fundamental la capacidad de innovación de aquellos que ejercen el liderazgo de índole política, empresarial, profesional, técnica y social, en tanto la efectiva  energía de dichos actores es la que permitirá que las aptitudes individuales, colaboren en la generación de  un nuevo orden colectivo.

De allí la trascendencia de promover ideas de innovación, en base al desarrollo de calidad de conocimiento y mayor creatividad.

Futuros posibles

Ante estas circunstancias, Sudamérica se enfrenta a un especial desafío, a escala del momento histórico que están definiendo las condiciones futuras del tercer milenio.

Nos referimos a la necesidad de transformar las diversas regiones de cada País, organizando un nuevo mapa de su territorio en función de las actividades productivas y de servicios, que posibiliten la generación de modificaciones y estímulos estructurales para un mejor comportamiento social, en términos económicos y culturales.

El principal objetivo de esta necesaria épica contemporánea, es el de reorientar la radicación de la población, en función de las oportunidades reales que posibilitan las diferentes ciudades distribuídas en tan distinta y diversa geografía continental.

Esta oportunidad deberá ir asociada con la consiguiente programación de proyectos públicos y privados, destinados a promover el carácter y la organización de nuevas comunidades, orientando a millones de personas que habitan sobre el total del territorio sudamericano de modo incierto, o en condiciones de exclusión, o imaginando su destino en otra frontera, dando una original respuesta sobre un nuevo modo de ocupar áreas urbanas o rurales, esta vez en función de una actualizada planificación estratégica territorial, definida desde una mayor y mejor conciencia y compromiso social.

Cómo afrontar un proyecto de tal envergadura.

Disponiendo de un acuerdo estratégico entre los Gobiernos de las distintas Naciones del Cono Sur y los sectores privados con incumbencia en el desarrollo de cada País, para que en base a  todos aquellos componentes que integran actualmente los objetivos políticos de la Región, ahora desde una visión de políticas de transformación sustentable, se promueva un proyecto de corto, mediano y largo plazo que coloque como eje central de la agenda política continental a las ciudades, como centro de la calidad del hábitat de cada comunidad, con el objeto que desde una mayor calidad del hábitat social, se convoque a los habitantes y a los emprendedores a un nuevo orden territorial sudamericano.

El mundo ya es otro y los ciudadanos ya no son de un solo lugar.

Las naciones, son sus ciudades y sus ciudadanos, quien a su vez lo es de diversos lugares.

Así en un sistema cada vez más interactivo, las ciudades representan la organización social más estratégica y tangible, coexistiendo decisiones  tan disímiles y dinámicas como las de las personas individuales, junto a  la de las corporaciones más complejas y sofisticadas.

Es por ello que los Estados deben reconocer, definitivamente en su agenda más exigente de gobernabilidad, que la planificación estratégica de las ciudades es una prioridad principal dentro de las políticas de carácter continental y a su vez el sector privado, como emprendedor, deberá colaborar en ese sentido, sabiendo todos, que parte del destino colectivo, ha de estar ligado a la calidad del  territorio que nos vincula y nos relaciona como comunidad.

Un desafío para un nuevo ciclo de la historia, más racional.

sobre el autor

Roberto Converti é arquiteto, formado pela Universidade de Buenos Aires, e diretor do escritório Oficina Urbana.

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