Your browser is out-of-date.

In order to have a more interesting navigation, we suggest upgrading your browser, clicking in one of the following links.
All browsers are free and easy to install.

 
  • in vitruvius
    • in magazines
    • in journal
  • \/
  •  

research

magazines

my city ISSN 1982-9922

abstracts

español
El autor destaca la necesidad de debatir acerca de la labor del arquitecto latinoamericano

how to quote

GONZÁLEZ ORTIZ, Humberto. Reflexiones en el día mundial de la arquitectura. Minha Cidade, São Paulo, año 13, n. 147.07, Vitruvius, oct. 2012 <https://vitruvius.com.br/revistas/read/minhacidade/13.147/4527>.



Vencer la pobreza que margina a la mayoría de los ciudadanos y trabajar por mejorar su calidad de vida son dos de los retos primordiales en el mundo de hoy si no queremos caer, en un retroceso y un rezago cultural, económico y social de graves consecuencias para nuestra realidad arquitectónica.

Desde este contexto (y para este contexto), parte mi necesidad de debatir acerca de la labor del arquitecto latinoamericano. Nuestros problemas de falta de vivienda y urbanización alcanzan niveles alarmantes. En un territorio donde, cerca del 60% de la población es joven, y ávida “de todo”. Incluida vivienda e infraestructura urbana. El futuro nos ha rebasado ya. Todos los planes “a futuro” han perdido validez temporal. El “futuro” en América latina “fue” ayer.

No es mi intención realizar un análisis riguroso sobre la pobreza y la marginalidad en el territorio Latinoamericano. Pero si la tomo como marco de referencia, para dar a conocer la labor arquitectónica que resuelve “con demasiada calma y dificultades”, el problema de la habitabilidad y la calidad de vida de miles de habitantes pobres del continente Latinoamericano.

La labor arquitectónica a que me refiero, la realizan grupos de arquitectos y profesionales que, junto a los pobladores de escasos recursos, van haciendo y construyendo ciudad “como pueden y cuando pueden”.

El binomio “poblador-profesional”, proporciona avances decisivos, y mejoras en la calidad de vida de las poblaciones empobrecidas de América Latina. Es la única opción posible en la realidad actual, dirigida y mandada por el dinero. La calidad de vida y la habitabilidad, están al alcance de cualquiera… “que pueda pagarlo”.

Es este, un buen punto de partida y de referencia, para enfrentar el quehacer arquitectónico en este nuevo siglo que comienza, desalineados de las teorías arquitectónicas hegemónicas que dominan actualmente, nuestro mundo “globalizado”.

El vínculo entre soluciones técnicas plurales, participativas y autoconstruibles, con el arte de proyectar espacios polivalentes, poéticos, conversadores con su medio “y baratos”. Es un reto interesante y urgente, para el futuro arquitectónico de América Latina.

Teniendo en cuenta, y solo para hacernos una idea del marco actual de la arquitectura en América latina, que “unos 140 millones de Latinoamericanos viven hoy en la pobreza, lo que significa ingresos inferiores al doble del coste de la canasta mínima. Es decir, un amplio 35% de las familias no llegan a ingresos equivalentes al salario mínimo -adoptaremos como valor medio del orden de los 80$USA/me-) Traducido lo anterior a los términos de la vivienda mínima (promociones típicas del Banco Mundial, BID, PNUD, Habitat,…) significa que ese 35% de familias no alcanzarían, ni aún dedicando la totalidad de sus ingresos durante seis años, a reunir el precio de dichas viviendas” (1).

Debemos reencontrarnos, a través de “la necesidad de hacer”, con una arquitectura de calidad. Hecha desde la escasez de recursos, como una “metodología proyectual”. Este es reclamo, el constante S.O.S. que lanzan grupos de pobladores pobres.

¿Tiene alguna posibilidad la arquitectura en América Latina?

Cuando hablo de arquitectura en América Latina me refiero a la arquitectura a la que concurren un grupo importante de investigadores y constructores, algunos tan reconocidos como el Ingeniero Uruguayo Eladio Dieste, o el arquitecto y constructor colombiano Rogelio Salmona, hasta aquellos anónimos compañeros míos de facultad o de despacho, que realizan su quehacer arquitectónico a partir de la identificación con el territorio, con la gente, con la necesidad de encontrar los resquicios desde donde componer (o recomponer) esta sociedad globalizada, desgastada de fin de milenio (2).

Buscando una identidad “para ser”, no solo latinoamericano, sino ser persona. Y, por qué no, “ser también” en el campo de la arquitectura y el arte. Tal como lo propone Eladio Dieste, cuando afirma “no podemos seguir dando por sentado que el arte, la ciencia y la técnica nos han de venir de fuera. Hasta el gran Unamuno llegó a decir: ¡Que inventen ellos!, aunque estoy seguro que esa fue una afirmación polémica que estaría dispuesto a rectificar. Yo le hubiese contestado: perdone usted, don Miguel, pero si inventan ellos, mandan ellos, no es moralmente lícito hurtarnos a la vida en ningún campo” (3).

Hago referencia a una realidad que de una manera o de otra, comienza a ser motivo de preocupación, y de creación de puntos de encuentro y debate, ya no solo en el ámbito latinoamericano, sino también en el ámbito mundial. Como han sido la Conferencia sobre Asentamientos Humanos (Habitat I) en Canadá en 1976, la Cumbre de Río sobre “Medio Ambiente y Desarrollo” (1992), la Conferencia sobre Población (El Cairo 1994), la Cumbre sobre “Desarrollo Social” (Copenhague, 1995), la Conferencia sobre La Mujer (Beijing, 1995) o la Conferencia de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos “Habitat II” (Estambul, junio 1996) (4).

La arquitectura es solo una pieza dentro de la maquinaria que significa la posibilidad, de por lo menos intentar construir una sociedad diferente, justa y participativa, de entre los restos de esta sociedad moderna.

El camino está abierto y los arquitectos han tomado la palabra. Afirman que la búsqueda de soluciones llegará solo, si se trabaja en conjunto con todos los artífices de las sociedades latinoamericanas. Señala el arquitecto y viviendista mexicano Enrique Ortiz: “Preferimos y luchamos porque los Estados establezcan reglas claras del juego que definan con precisión nuestros derechos y obligaciones, única forma de que prosperen las iniciativas sociales y de evitar el uso político y arbitrario de los recursos públicos…()…Luchamos, entre otras cosas, porque los Estados que han reconocido el derecho a la vivienda en su Constitución Política, sean congruentes con tal voluntad poniendo los medios y estableciendo los apoyos necesarios para que todos los habitantes de sus respectivos países puedan hacerlo efectivo” (5).

Para entender mis hipótesis acerca de la actual necesidad arquitectónica, parto de dos premisas primordiales:

  • durante décadas se construyeron metros y metros de arquitectura rentable bajo una piel que “iba” con el estilo de la temporada, lo cual creó una especie de “dislexia” entre lo netamente construido y su envolvente formal, respondiendo mas a cánones “de clase” pretendidos por los inversores y futuros dueños-usuarios;
  • mientras que realidad planetaria sigue siendo inevitablemente: “la pobreza”. Condición que no ha sido superada, sino más bien, por el contrario sigue agudizándose en el tiempo presente.

Es a la segunda premisa a la que dedico mis esfuerzos, ya que pocos foros existen para dar a conocer el trabajo de profesionales arquitectos vinculados a las comunidades que necesitan “construir” lo que podríamos denominar: “arquitectura pobre”.

notas

1
SALAS SERRANO, Julián. Iberoamérica ante Hábitat II. Actas de las jornadas celebradas en la Casa de América. Madrid 30 y 31 de mayo 1996. Programa CYTED (Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo). Secretaría General del Plan Nacional de I+D. Ministerio de Fomento. Junta de Andalucía. Serie Monografías. Madrid, Centro de Publicaciones/Secretaría General Técnica/Ministerio de Fomento, 1996, p. 22.

2
Tal como plantea Juan Luis Cebrián sobre la globalización y la dependencia de las tecnologías y económicas de los países desarrollados hacia el tercer mundo. Véase el libro: La red. Editorial Santillana, S.A. Taurus, Madrid, 1998, p. 37 y siguientes. Recomiendo la lectura del libro: ESTEFANÍA, Joaquín. Contra el pensamiento único. Madrid, Santillana/Taurus, 1997. Así como el libro: GALEANO, Eduardo. Patas arriba. La escuela del mundo al revés. 4ª edición. Madrid, Siglo XXI, 1999.

3
DIESTE, Eladio. Eladio Dieste: 1943-1996. 2ª edición. Sevilla, Consejería de Obras Públicas y Transportes/Dirección General de Arquitectura y Vivienda/Junta de Andalucía, 1997, p. 17.

4
Para un mayor conocimiento acerca de los temas de Iberoamérica y el Habitat II se puede consultar: SALAS SERRANO, Julián. Iberoamérica ante Hábitat II (op. cit.).

5
ORTIZ FLORES, Enrique. Carta por los derechos de la ciudad y la vivienda. In SALAS SERRANO, Julián. Iberoamérica ante Hábitat II (op. cit.), p. 13.

Sobre el autor

Humberto González Ortiz es arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (1993-Graduado con mención honorífica). Doctor en Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de la Universidad Politécnica de Cataluña. Tesis Doctoral: ‘Carlos González Lobo... Caminos hacia lo alternativo dentro del ámbito conceptual, proyectual y contextual de la arquitectura’ (2002- SOBRESALIENTE). Homologación al título de Arquitecto Superior, (2011-APTO)

comments

newspaper


© 2000–2024 Vitruvius
All rights reserved

The sources are always responsible for the accuracy of the information provided